Soedades da miña branca Señor


Escóitasme así, miña señor amada, cando do peito o meu trobo arde,
ou atrás de ti a sombra do meu soño
loucamente á túa abreixa e bica?

Ouh doce o peso do teu corpo no meu maxín deitado!
Neste río do meu vagar sin fin,
qué incendiado navío non navegas na noite?

―Por que este corazón tanta frol murcha,
por que non é mortal de tanto lume a cinza,
por que inda son eu de tanta verba a boca?

Miña branca señor, corpo delgado:
este bosque é do tempo da máis recente lúa,
i ese malvís que tanto áer enfrauta
cada día que amence renasce e asubía.
Amante, no meu vaso aínda canta a sede.

Esa lúa nevada, amor, que do teu corpo
medra coa noite sober dos cumes dos meus ollos!
Deixa que rose, ao arrimo das cerdeiras,
nas illas dos teus ollos a i-alba rumorosa
Adormece ao meu carón, namentras quebra o día
baixo un teito de alaudas, tímidas cantadoras.

―Ese sono que por dedentro escorre
e pouco a pouco amósase ao meu rostro!
Fai falla, quezais, un cabalo roxo
ou unha aza mortal e fría pra brincar fora desta lingua de
lume?

Álvaro Cunqueiro,
Dona de corpo delgado (1950)

If a star would fall


If a star would fall from the sky in front of you
Would you gather it between your hands?
Like a whining pigeon startled by the cold

If our hearts were stars
I think mine is falling sharply against the ground
The dazzling trail is crimson glitter
I feel it fading as it comes
Would you pick it up?
That little sparkling stone
Fragile like mirror slivers
A weak shimmer still shows

Would you keep it warm?
Would you place it close to your chest
And blow into it your lukewarm breath?
Would you hide that smallest glow
Either tender young or dimming gone
Like the worthiest diamond to you alone?
Please, take care of it, my fated star
Protected in the cave of your gentlest hands

Hunter


-¿No te gusta la música?

El cazador se quedó pensativo durante un momento, con la mirada perdida en algún punto frente a él. Tenía los labios despegados como si quisiese hablar y las palabras se negasen a hacer acto de presencia.
Es difícil describir los sonidos con palabras.

-Me gustan los tambores, la percusión. Me recuerda el sonido de las patas de los animales al golpear el suelo cuando corren, o las mías propias. Me gustan los ritmos que baten como el latido del corazón, el pulso que se acelera homogéneamente a medida que te acercas a tu presa. Me gustan los instrumentos de viento, que suenan igual que el aire frío soplando entre los altísimos árboles. Un silbido tenso e intermitente, emocionante. Un canto frío y metálico, solitario y letal. Y la emoción creciente mientras corres guiado por un instinto certero pero inefable. Hasta que te encuentras frente a frente con tu oponente y la tensión desaparece y se libera la pasión, el impulso de la naturaleza. Es como salir del bosque a un llano blanco inundado por los rayos del sol después de pasar excesivo tiempo en la oscuridad de los árboles. Y si sales vencedor, todo vuelve a empezar, buscando constantemente.

Era hermosa y real aquella forma pura de comprender la música. Aquella era su música y la de nadie más, parte de su ser.

Donde uno era sofisticado, ambiguo e ingenioso;
el otro [el cazador] era natural, instintivo y sincero.

No Future


Así que éste es el plan. Quedarse tirado en la cama hasta que el aburrimiento se vuelva insoportable.

Tantos planes, tantos sueños… perdidos entre las sábanas. Qué desilusión.

El hastío de arrastrarse sin llegar nunca a ninguna parte. Disfruta del viaje te dicen. Disfruta de la incertidumbre, de la soledad, de la monotonía.

Y yo sólo me arrebujo en el calor de las sábanas porque estoy cansada, cansada de luchar por algo que no puedo tocar ni ver. Algo que es efímero y escurridizo como el humo de una chimenea. Cansada de luchar por alguien que está más muerta que viva…

 

«I will be the one to brake my heart
I’ll be the one to hold the gun»